Salud auditiva en el trabajo: cómo prevenir la hipocausia y cuidar tu bienestar
Escrito por Javier Alejandro Ossandon
Médico del Trabajo en IMQ Prevención

Cuidar de la salud auditiva en los centros de trabajo es fundamental. Multitud de profesionales realizan sus labores en entornos donde el ruido es casi una constante. Poco a poco, los daños se van acumulando hasta perder gran parte de la capacidad original. Para prevenir que esto ocurra, debes tomar cartas en el asunto.
¿En qué consiste la hipocausia?
La hipocausia es un trastorno de la audición caracterizado por la pérdida parcial de la capacidad auditiva en uno o ambos oídos. Este problema afecta sobre todo a las frecuencias sonoras bajas, lo que dificulta la percepción de sonidos graves y conversaciones en entornos ruidosos. A pesar de que se trata de una afección moderada, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida.
Sus síntomas pueden variar en función de la gravedad del trastorno, pero incluyen dificultades para oír sonidos que serían percibidos con claridad por una persona con audición normal. Entre los principales, encontrarás:
- Dificultad para entender conversaciones. Las personas con hipocausia suelen experimentar problemas para comprender lo que les dicen.
- Percepción de sonidos apagados. Los graves pueden sonar amortiguados o ausentes.
- Fatiga auditiva. Al tener que esforzarse más para escuchar y comprender, las personas con hipocausia pueden experimentar cansancio o fatiga auditiva al final del día.
- Dificultad para detectar sonidos direccionales. El trastorno también puede afectar la capacidad para localizar la procedencia de ciertos ruidos, lo que dificulta la orientación espacial.
Por qué se produce la pérdida auditiva
Existen varias causas que provocan este trastorno y que varían desde factores genéticos hasta condiciones adquiridas a lo largo de la vida. Para lograr un tratamiento eficaz, es fundamental identificar la causa específica.
Una de las más comunes es la exposición a ruidos excesivos, algo propio de ciertos ambientes laborales, como una fábrica. Con el paso del tiempo, las células ciliadas del oído interno se dañan, lo que impide que los sonidos se procesen de manera adecuada en el cerebro. Por consiguiente, la persona afectada pierde parte de su capacidad auditiva.
Además, algunas enfermedades, como las otitis, pueden dañar el tímpano o los huesecillos del oído medio. Padecimientos como la meningitis, las paperas o incluso la COVID-19 llegan a provocar la pérdida de audición permanente en algunos casos.
Otra de las causas es el propio envejecimiento. El paso del tiempo hace que las células del oído interno se desgasten y pierdan su capacidad para transmitir los sonidos de manera eficaz, lo que resulta en una disminución gradual de la audición. A este problema se le denomina presbiacusia.
También hay que tener en cuenta posibles traumatismos o lesiones. Los golpes en la cabeza o daños en el oído, como perforaciones del tímpano o fracturas del hueso temporal, pueden afectar la audición. Estos daños afectan de manera negativa estructuras del oído externo, medio o interno.
Por último, la predisposición genética juega un papel fundamental. Muchas personas nacen con condiciones hereditarias que afectan el desarrollo y funcionamiento de las estructuras auditivas, lo que puede ocasionar pérdida auditiva congénita o a una edad temprana. En estos casos, es importante buscar una solución personalizada en función de las necesidades de la persona y sus circunstancias.
Incidencia en las diferentes profesiones
Como bien sabes, escuchar con precisión es crucial en muchos contextos laborales, y la pérdida parcial de audición puede complicar la realización de tareas cotidianas y afectar la productividad. Esto es algo que puedes notar en las siguientes profesiones:
- Profesionales de la salud. Médicos, enfermeros y otros dependen de una comunicación constante con los pacientes. Perder parte de la audición puede dificultar la comprensión de instrucciones, conversaciones o la identificación de sonidos relevantes durante procedimientos.
- Docentes y educadores. En el ámbito educativo, es indispensable atender a las preguntas y respuestas de los estudiantes, además de mantener una comunicación fluida en el aula. La hipocausia puede interferir con la capacidad de escuchar a los alumnos.
- Operadores de maquinaria y trabajadores industriales. Profesionales que operan equipos industriales suelen estar expuestos a altos niveles de ruido. Al no escuchar bien, no percibirán señales acústicas importantes, como alarmas de seguridad o advertencias, con el consiguiente aumento del riesgo de accidentes.
- Atención al cliente y ventas. Las profesiones de este ramo tienen que efectuar una escucha activa para entender las necesidades del consumidor y proporcionar unas respuestas claras a sus preguntas. Al padecer hipocausia. la comprensión de las consultas se ve dificultada, sobre todo si el entorno laboral es ruidoso. Por tanto, la efectividad del trabajador o trabajadora disminuye de manera radical.
En definitiva, la pérdida de capacidad auditiva es un problema de salud de primer orden. Ante sus consecuencias, es esencial que establezcas un plan de prevención en el entorno laboral. Así, contribuirás a evitar que las personas trabajadoras sufran un padecimiento que les afectará tanto en su vida personal como en todo lo relacionado con su trabajo.
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