Relación entre alimentación y productividad
Escrito por Begoña Porta
Coordinadora Médica de IMQ Prevención

Cuando hablamos de productividad o de rendimiento laboral solemos pensar en factores como la formación, la motivación de los trabajadores, el buen ambiente laboral o la política de incentivos. Sin embargo, existe otra cuestión personal, directamente ligada a nuestro estilo de vida, con una gran influencia en el desempeño de cualquier actividad y en especial en nuestro trabajo. Nos referimos a los hábitos de alimentación.
Una de las bases de la salud y el bienestar es una buena alimentación. La ingesta de los nutrientes, vitaminas y líquidos necesarios para el organismo afecta positivamente en una multitud de aspectos. Estos son algunos de ellos:
- Contribuye a mejorar el estado de ánimo
- Proporciona energía
- Mantiene las funciones cognitivas en niveles altos
- Incrementa la capacidad de concentración
- Ayuda a disminuir los síntomas de estrés
- Evita algunos tipos de obesidad y otras enfermedades
La combinación de todos estos factores puede influir en un incremento de la productividad laboral. Si se dan otros factores, como motivación o bienestar emocional, se configura un escenario favorable para ofrecer un alto rendimiento en el puesto.
La mala alimentación se puede producir por exceso o por defecto. Tanto en un caso como en otro, hay un incremento de la morbimortalidad, con una repercusión de los gastos sanitarios, ausentismo laboral y presentismo (estás, pero no puedes desarrollar tu trabajo correctamente), lo que produce una disminución de la productividad.
El papel de las empresas
Desde un punto de vista económico, realizar intervenciones que favorezcan una mejora de la alimentación de los trabajadores, produce un ahorro a las empresas. El tejido empresarial lleva, de hecho, años siendo consciente de la relación entre productividad y dieta saludable. Así se desprende de los resultados de la Encuesta de Mejores Prácticas de Recursos Humanos 2021 del Top Employers Institute.
Es muy conveniente que las empresas establezcan programas de nutrición para sensibilizar e informar a las personas trabajadoras, haciéndolas partícipes para que tomen conciencia y vean la importancia de una correcta alimentación y la repercusión en su salud. Algo importante a tener en cuenta son los costes energéticos que se consume por cada actividad, pues no será lo mismo el gasto de un oficinista y el de un obrero de la construcción.
En este sentido, en España existe el “Programa Empresas Cardiosaludables (PECS)”, que se desarrolla evaluando los factores de riesgo cardiovascular, actividad física, nutrición, sexo, tabaquismo y estrés. Cada vez son más las empresas que instauran un Plan de Empresa Saludable con compromisos centrados en impulsar la educación nutricional y el fomentar hábitos de vida saludables en los trabajadores a través de la promoción de la actividad física y la disminución de malos hábitos como el consumo de tabaco y alcohol.
Estas organizaciones han implementado iniciativas de distinto tipo. Entre ellas, está la realización de talleres de educación, eventos de concienciación o semanas dedicadas a fomentar una alimentación saludable. Otras incluyen campañas en redes sociales sobre esta temática.
Asimismo, dan a sus plantillas la opción de disfrutar de comidas saludables en el lugar de trabajo a través de menús equilibrados. También ponen a su disposición cestas de frutas frescas o la instalación de máquinas expendedoras con productos alimenticios saludables.
Tipos de trabajo y alimentación
Es aconsejable que cada persona amolde su dieta y, sobre todo, el número de calorías al tipo de trabajo que realice y situación personal:
- En general, salvo que su estado de salud o alguna circunstancia personal lo desaconseje, las personas que realizan un trabajo de gran desgaste físico deben llevar una dieta de alto valor calórico.
- Por el contrario, las personas con una actividad más sedentaria, donde predomine el trabajo estático e intelectual han de moderar el aporte de calorías.
- Para compensar una actividad con mucho estrés psíquico, es muy efectiva la ingesta generosa de alimentos que contengan los nutrientes que se relacionan con un buen funcionamiento del sistema nervioso.
- Las personas con turnos rotativos tendrían que intentar adaptar su alimentación a su horario en cada momento, para evitar quedarse sin fuerzas en medio de una jornada laboral por llevar demasiadas horas sin ingerir alimentos o hacerlo en cantidad insuficiente.
La calidad de nuestra alimentación es básica para nuestro trabajo, vida social y familiar y, sobre todo, nuestra salud. El sentido común nos dice que es necesario comer variado, de forma equilibrada y sin excesos, evitando las grasas y sin abusar de las bebidas alcohólicas y con cafeína. Sin embargo, en ocasiones los horarios laborales imposibles y el estrés de la vida diaria nos empujan a hábitos alimentarios deficientes o no suficientemente compensados con actividades sanas como el ejercicio físico moderado.
Debemos ser conscientes de que unos malos hábitos alimenticios mantenidos en el tiempo pueden hacer descender nuestro rendimiento en todos los ámbitos, incluido el laboral y lo que es peor: poner en peligro nuestro bienestar y salud.
Una dieta equilibrada
Una dieta equilibrada es aquella que nos aporta todos los nutrientes que necesitamos para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo. Una nutrición equilibrada aporta la proporción adecuada de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), micronutrientes (vitaminas, minerales y antioxidantes) y fibra, en función de nuestras características personales: edad, sexo, altura, actividad física, estilo de vida y otras condiciones como puede ser, por ejemplo, padecer una patología.
Nuestra alimentación debe mantener un equilibrio y ser saludable. Esto significa que ha de cubrir todos nuestros requerimientos nutricionales con alimentos saludables y no con alimentos que puedan comprometer o perjudicar nuestra salud.
Una dieta equilibrada se caracteriza por las siguientes cualidades:
- Adaptada: debe ser totalmente personalizada a las particularidades de cada persona, a sus horarios, sus condiciones económicas, a su estado emocional, etc.
- Completa: ha de aportar en las cantidades adecuadas todos los nutrientes y fibra que nuestro organismo necesita.
- Satisfactoria: no podemos olvidar que comer es un placer, es importante que los alimentos, las cantidades y las preparaciones sean apropiados y agradables para satisfacernos.
- Variada: para que se aleje de la monotonía es muy aconsejable variar nuestra gama de alimentos y que sean frescos y de temporada.
- Suficiente en energía: que nuestra dieta aporte la energía que necesitamos es importante tanto para el funcionamiento correcto de nuestro organismo como para prevenir el exceso de peso y todas las dolencias y patologías asociadas. Para adelgazar, la mejor opción es hacer una dieta equilibrada para perder peso, en la que se controle el aporte calórico y de nutrientes, para reducir el peso evitando déficits nutricionales y comprometer la salud.
Es fundamental informar y formar a la población general de las nociones de nutrición que nos hagan capaces de cuidar nuestra alimentación para lograr un óptimo estado de salud.
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