Seguridad, salud y bienestar laboral en tiempos de transformación social

Es conocido que la transformación social en la que están inmersas las sociedades avanzadas nos enfrenta a retos de primer nivel. Los cambios asociados a la globalización, la mayor interrelación de las economías y sistemas productivos a escala mundial y el acelerado cambio tecnológico están modificando los patrones económicos, sociales y culturales de un modo que parece irreversible. A su vez el cambio climático, el envejecimiento de la población y la robotización obligan a un replanteamiento de nuestro sistema.

Nuevas formas de trabajo gracias a la digitalización

El desarrollo tecnológico y la globalización están cambiando la forma en que trabajamos, han surgido nuevas formas de trabajo que están desplazando gradualmente las formas tradicionales de organización y estructuración del trabajo y se aprecia un cambio generacional en la relación con el trabajo, las personas jóvenes piden que sea “compatible con la vida”.

Surgen nuevas formas de trabajo que aportan un enfoque transformador del sistema existente con el apoyo de la digitalización. Las nuevas herramientas tecnológicas permiten un cambio de concepto en muchas actividades laborales, así como en las relaciones entre personas trabajadoras y empresas.

Necesidad de integrar vida y trabajo

Las empresas están empezando a ver que, tener personas satisfechas en la organización, que puedan compatibilizar su vida personal y profesional, tiene su contrapartida en términos de productividad y fidelidad. Existe una necesidad de integrar vida y trabajo y acomodar esta nueva realidad a una visión social más integradora de los horarios y responsabilidades de las personas.

A su vez los lugares de trabajo pueden desempeñar un papel importante en la salud pública, conforme a sus recursos logísticos, mediante la promoción de estilos de vida saludables, el fomento de la práctica del deporte y la actividad física y el apoyo de la salud más ampliamente en todos sus aspectos entre las personas trabajadoras.

La salud y el bienestar mental de la población pueden verse favorecidos si se presta atención a las estrategias aplicadas en el trabajo. La prevención de los problemas de salud mental y la promoción de la salud mental también pueden contribuir a reducir los comportamientos de riesgo asociados, como el consumo de alcohol, las drogas y el tabaco, la inactividad física y las malas dietas y la mejora del bienestar psicológico y físico está directamente asociada a mejores resultados en el trabajo.

Papel del profesional de la Seguridad y Salud Laboral

Y aquí, los y las profesionales de la Seguridad y Salud en el Trabajo y me atrevo a decir, del Bienestar, tenemos un papel fundamental.

Después de lustros de aplicar la reglamentación para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, tenemos una oportunidad de oro, para, con las organizaciones en las que trabajamos o con las que colaboramos, integrar trabajo-vida, cuidar la salud mental y conseguir un estado de bienestar laboral-personal.

La campaña Visión Zero promovida por la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS), a la que también se ha unido la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA) y que busca fomentar la cultura preventiva en las organizaciones, abre la puerta a que cualquier organización integre las “tres dimensiones” de seguridad, salud y bienestar en todos los niveles, en el convencimiento de que el bienestar de las personas trabajadoras conlleva  la reducción de daños.

Los países incluyen ya en sus estrategias la salud mental, la perspectiva de género, las nuevas formas de organización del trabajo, la evolución demográfica y el cambio climático.

Las evaluaciones de riesgos se vuelven más complejas incluyendo factores como el género, la edad, el teletrabajo, o el uso de nuevas tecnologías (nanotecnologías y la inteligencia artificial).

Sistemas de gestión de empresa saludable

La implantación de sistemas de gestión de empresa saludable ya no es para unas pocas, las organizaciones tienen el poder y el deber de controlar tanto el entorno físico (condiciones ambientales, exposición a contaminantes químicos y físicos, efectos del cambio climático sobre la seguridad y salud y las condiciones de trabajo…) como el psicosocial, y aportar recursos de salud aplicables tanto en el entorno laboral como en el personal incluyendo a su vez a la comunidad en el proceso.

Es momento, por tanto, de adaptarse a los nuevos retos sociales y de acercarse a una forma coherente de integrar la seguridad, la salud y el bienestar en los sistemas de gestión de las organizaciones, fomentando una cultura preventiva que haga que la salud y seguridad y el bienestar en el trabajo sea un eslabón de la cadena tan importante como la producción.