Claves del liderazgo emocional
Escrito por Esther Enales
Directora de Gestión del Cliente de IMQ Prevención

La sociedad va evolucionando y con ella también el tipo de jerarquía en las empresas. Las nuevas generaciones tienen ideas claras y los equipos de trabajo resultan cada vez son más diversos por lo que emplear un estilo de liderazgo emocional podría mejorar significativamente el bienestar de las personas trabajadoras y con ello su productividad.
¿Qué es el liderazgo emocional?
El liderazgo emocional puede definirse como la habilidad de gestionar y canalizar las emociones de un equipo para conseguir un fin. Es decir, no centrarse únicamente en presupuestos y plazos, sino en planificar los proyectos en base a las emociones y expectativas de quienes trabajan en él.
Este estilo de liderazgo bebe de los principios de la inteligencia emocional (IE); la capacidad para identificar, controlar y gestionar las emociones propias y ajenas. Daniel Goleman, psicólogo, periodista y autor del libro superventas Emotional Intelligence habla de los 5 pilares de la IE:
- Autoconsciencia. Reconocer y comprender nuestros sentimientos y saber cómo impactan en los demás.
- Autorregulación. Gestionar emociones correctamente y controlar las reacciones.
- Motivación. Centrar el enfoque en la realización personal por encima de la recompensa o el reconocimiento externo. Partir de la automotivación.
- Empatía. Entender cómo funcionan las dinámicas y relaciones de quienes nos rodean.
- Habilidades sociales. Poner en práctica la escucha activa y la comunicación asertiva. Ambas son fundamentales para entender el sentir ajeno y construir un canal de comunicación basado en la confianza y el respeto.
Aplicar estos fundamentos nos ayuda a forjar relaciones sanas, estables y positivas en nuestra familia, nuestro círculo de amistades y, por supuesto, en el trabajo.
Claves del liderazgo emocional
Introducir los principios de los que nos habla Goleman en nuestro estilo de liderazgo nos convertirá en un líder emocional capaz de sacar lo mejor de cada persona de su equipo. Para ello, hay algunas claves que nos pueden ayudar a la hora de ponerlo en práctica.
Búsqueda del bienestar
Identificar los estados de ánimo y gestionar las emociones de las personas con las que trabajamos nos permite comprenderlas mejor. De esta manera, es más sencillo buscar soluciones y alternativas que encajen en la planificación global.
Motivación del equipo
Un líder o lideresa emocional debe ser ejemplo en cuanto a automotivación se refiere. No obstante, también deberá encontrar lo que motiva internamente a sus empleados y empleadas para saber cómo alcanzar los objetivos establecidos sin llevarlos al burn out por el camino.
Descubrir talento individual
Una de las responsabilidades de cualquier mánager es saber sacar lo mejor de los trabajadores y trabajadoras. Por eso, a través de una escucha activa, se pueden descubrir talentos ocultos o saber cómo potenciar el talento individual.
Empatía con los demás
Fomentar la empatía entre los miembros de un mismo equipo es un valor fundamental. La empatía promueve la comprensión hacia los problemas del otro y favorece la reducción de conflictos. Para ello, es imprescindible identificar las emociones propias y ajenas, ya que saber cómo se siente una persona nos puede ayudar a entender mejor su punto de vista.
Acompañamiento asertivo
Crear un espacio seguro y un canal de comunicación fluida y abierta es uno de los medios del liderazgo emocional. Si el personal de nuestra empresa no se siente ni escuchado ni respetado, la comunicación será escueta, tensa y se generarán problemas. Acompañar desde la gestión de emociones y asertividad hará que el clima laboral mejore, porque no nos tendrán miedo y sentirán menos estrés.
Beneficios del liderazgo emocional
Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo el estrés laboral está incrementando en intensidad e incidencia. Incluso el Eurostat afirma que es el segundo problema de salud más frecuente entre las personas en activo. Implementar un estilo de liderazgo emocional nos puede ayudar a prevenir y mejorar su salud mental.
Algunos de los beneficios de este estilo de liderazgo son los siguientes:
- Contribuye a un buen clima laboral. Un entorno laboral seguro y saludable reduce los problemas de absentismo y salud mental de quienes conforman la empresa.
- Fomenta la comunicación entre los miembros del equipo. Comunicar desde el respeto y la empatía mejora las relaciones tanto horizontales como verticales y con ello se reducen los malentendidos.
- Aumenta la productividad. Si la plantilla se siente valorada y comprendida, su rendimiento y compromiso con la empresa serán mayores.
- Reduce la rotación. Los millenial cambian de trabajo con más asiduidad que las generaciones anteriores. Trabajar en un grupo en el que cada sujeto se siente escuchado y valorado disminuye la rotación y, con ella, los costes de reclutamiento y contratación.
En definitiva, un estilo de liderazgo emocional es una inversión que se nota a corto, medio y largo plazo. Es una manera de adaptar la relación jefe-empleado/empleada a la realidad de nuestros días. Ahora que los equipos se componen de personas diversas y las nuevas generaciones tienen un espíritu inconformista, fomentar su desarrollo, compromiso y salud mental se transformará en mejores resultados.
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