Las claves sobre la iluminación en el entorno laboral

La iluminación en el trabajo es un aspecto esencial que repercute en la productividad, la seguridad, el estado de ánimo y la salud. Además, desde la perspectiva de la sostenibilidad, su uso adecuado puede contribuir a reducir el consumo eléctrico y la huella de carbono. Veamos sus implicaciones en el desempeño empresarial y qué medidas puedes acometer para optimizarla.

¿Qué consecuencias tiene una incorrecta iluminación en el trabajo?

Una iluminación de mala calidad puede conllevar una serie de consecuencias negativas para tu empresa. Por tanto, escoger los dispositivos, el diseño y el encaje óptimo en las instalaciones forma parte tanto de una cultura preventiva como de una buena planificación estratégica. Estas son algunas de las repercusiones de una incorrecta iluminación.

Cansancio visual

Unas luminarias con una potencia inadecuada, que generan destellos y que no reflejan de forma fidedigna los colores, provocan una mala visión. Esto, a su vez, conduce a una fatiga visual, que puede aumentar dolencias aparejadas a la edad, como la presbicia.

La retina es la parte del ojo encargada de recibir la luz y transmitir esas señales al cerebro. Esa información que se recoge a través de ella sirve para formar las imágenes que vemos y reconocer los colores. Por tanto, a la hora de planificar un diseño de iluminación en un espacio de trabajo, evita que se dañe esta parte del ojo con destellos o niveles de luz escasos o erróneos. El asesoramiento de profesionales te será de máxima utilidad.

Deslumbramiento

Los deslumbramientos, destellos y sombras se encuentran entre los mayores inconvenientes de una iluminación de mala calidad. No solo distraen, sino que obstaculizan y estorban una visión precisa, que es necesaria para el desempeño de muchas tareas. Además, pueden causar molestias o sequedad ocular.

Baja productividad

La fatiga visual y los errores pueden traducirse en una disminución de la motivación y el rendimiento en el trabajo. Los empleados tardan más tiempo en completar tareas y cometen errores que requieren correcciones.

Estrés

A veces, una mala iluminación puede ser un factor desencadenante de estrés y malestar en los trabajadores. Repercute en el rendimiento, en el nivel de esfuerzo que se debe hacer para ver con claridad las cosas e incluso en el estado de ánimo.

El estrés laboral provoca síntomas como las alteraciones del sueño o la fatiga. Por consiguiente, es recomendable que, si detectas un problema de iluminación de baja calidad, actúes cuanto antes para solucionarlo.

Problemas de salud de larga duración o crónicos

La exposición continua a una iluminación deficiente puede ocasionar graves problemas de salud, los cuales pueden volverse crónicos. Un ejemplo de ello es la fatiga ocular crónica, que implica dolor ocular, visión borrosa o doble y dolor de cabeza, entre otros síntomas.

Los principios de la iluminación en el trabajo

La mejor forma de llevar a cabo este asunto es planificarlo desde que se diseña el propio espacio de trabajo. Es decir, si vamos a construir una oficina, lo ideal es ajustar el proyecto arquitectónico al de ventilación, decoración y, por supuesto, iluminación. El planteamiento ha de ser integral y holístico, para que tenga una coherencia que genere un buen ambiente con unas condiciones lumínicas idóneas.

Luminarias específicas para cada ubicación

La elección de las luminarias resulta crucial. En la actualidad, hay tecnologías, como LED, que permiten grandes márgenes de ahorro en el consumo. Igualmente, proporcionan:

• Resistencia.
• Luminancia.
• Temperatura de color.
• Los índices de reproducción cromática que se precisen en cada espacio.

Niveles de iluminación

La cantidad de luz tiene que favorecer las mejores condiciones posibles para el desempeño de las tareas de las personas trabajadoras. Ya sea en una oficina, una cocina industrial o una fábrica, ha de verse con una claridad que garantice la seguridad y la precisión en aquellas maniobras que se realicen.

Diseño

El diseño hace alusión al aspecto estético, pero también a algo aún más importante, la colocación de cada una de las luminarias. Asimismo, tiene que ver con el tipo de luminaria a usar, ya sean empotradas, apliques, focos, en carril o cualquier otra opción. Cuando se plantea de una forma correcta, asegura que no hay destellos o zonas oscuras, al tiempo que se aprovecha la luz natural.

En definitiva, los departamentos de prevención de riesgos laborales inciden mucho en la ropa y los equipos de protección individual. Hay enfermedades de índole laboral muy comunes, como la silicosis, a las que prestan una considerable atención. Sin embargo, hay otras, como las relacionadas con la visión, contra las que no parecen ponerse tantas medidas preventivas en algunas empresas. Pese a todo, estas son tan importantes como las demás y su repercusión a largo plazo puede ser de calado en la productividad de cualquier organización. Por eso de vez en cuando son recomendables las auditorías de las instalaciones en tu empresa para saber en qué estado se encuentra la iluminación en el trabajo.