¿Dolor de espalda en el trabajo? Señales de alarma y soluciones

Hoy día podemos considerar el dolor de espalda como un auténtico problema de salud pública. De hecho, sólo en Euskadi aproximadamente el 10% de la población ha acudido a una consulta médica a causa de un dolor o lumbalgia… Es más, las lumbalgias son la primera razón de baja laboral por IT (incapacidad laboral), bajas que tienen una duración media de 17,6 días.
Muchas personas sufren dolor de espalda, pero no siempre le prestamos la atención necesaria y tampoco es fácil distinguir entre un episodio de sobrecarga (por ejemplo, debido a un esfuerzo concreto que ha generado una contractura muscular) o un problema más serio.

¿Cómo podemos saber cuándo estamos ante un problema de dolor de espalda que requiere más atención por nuestra parte? Señales de alarma que conviene conocer para ir al médico.
La mayoría de los dolores de espalda podemos catalogarlos como lumbalgia mecánica común o inespecífica. Dicho de otro modo, la lumbalgia es el dolor de espalda más común.
Se trata de un dolor en la parte inferior o baja de la espalda y que en algunos casos se irradia a la zona glútea, piernas o parte distal del abdomen, con una duración más bien corta (suelen durar menos de 6 semanas) y en cuyo origen podemos encontrar, como se señalaba, una sobrecarga de las estructuras que forman la columna. Las lumbalgias suelen deberse a haber cargado con pesos de forma inadecuada o haber hecho un gran esfuerzo o por una caída, por ejemplo. A consecuencia de esto, la persona desarrolla una contractura muscular o distensiones ligamentosas y, con ellas, hace acto de presencia el dolor lumbar.
Este tipo de lumbalgia se suele combatir simplemente con reposo relativo, analgésicos, antiinflamatorios y la aplicación de calor local durante algunos días.
Si el dolor lumbar se mantiene tras dos o tres semanas de seguir estos cuidados, el médico podría considerar cambiar el tratamiento por analgésicos y/o anti inflamatorios más potentes. En todo caso, habría que valorar si estamos ante un problema más grave, como podría ser una hernia discal, una infección o incluso un tumor.
Algunos síntomas y señales que pueden indicar que el proceso es más serio y que conviene comentar con el médico para ayudar a hacer un diagnóstico certero.
- Cuando el dolor lumbar está acompañado de pérdida de fuerza en las piernas o sensación de adormecimiento
- Si la persona nota que no puede controlar la micción y defecación
- Si se observa una pérdida de peso sin motivo aparente (no se está haciendo dieta, etc.)
- Cuando el dolor lumbar está acompañado de fiebre y/ malestar general
- Si el dolor es muy intenso y se ha originado tras una caída o no se nota mejoría con reposo.
Factores de riesgo del dolor lumbar en las personas
¿Son nuestros actos y hábitos de vida los que determinan si vamos a sufrir dolor de espalda y cómo? En general, son lo que más influye, pero también es cierto que hay otros factores (como la carga genética) que tienen importancia.
Factores relacionados con el dolor lumbar sobre los que no podemos actuar
- Predisposición genética
- Edad
Factores relacionados con el dolor lumbar sobre los que sí podemos actuar para prevenir
- El tabaquismo se asocia con un mayor desgaste discal
- Sedentarismo
- Sobrepeso
- Sobrecarga habitual en el trabajo
Ergonomía e higiene postural para evitar molestias lumbares en el trabajo
Como decíamos, el dolor de espalda es muy frecuente y una causa habitual de baja laboral.

Pero, con unos buenos hábitos de higiene postural y cuidando nuestra ergonomía en el trabajo y en nuestra vida diaria, podemos hacer mucho por evitar o minimizar este problema.
Hasta no hace mucho tiempo, sólo se asociaba el dolor de espalda en el entorno laboral a determinados tipos de trabajos en los que la sobrecarga mecánica fuse frecuente, como aquellos en los que hay que levantar o mover pesos. Sin embargo, en los últimos años diversos estudios apuntan a que las personas con puestos de trabajo sedentarios y con mucho estrés también parecen tener mayor propensión a sufrir desgaste discal y dolores de espalda.
El cuerpo humano está preparado para estar en movimiento continuamente. Sin embargo, en el puesto de trabajo a menudo pasamos muchas horas sentados delante del ordenador, o al volante, o de pie, o moviendo cajas o pesos…
En ese sentido, tener buenos hábitos posturales nos puede ahorrar muchos problemas musculares, tendinitis… y, por supuesto, dolores de espalda y lumbalgias.
Desde IMQ Prevención nos dan algunos consejos de ergonomía en el trabajo
Consejos para mantener una buena postura cuando estamos sentados:
- OJOS. Separación de 45 a 60 cm. con la pantalla y ajustar el nivel de la pantalla a estos.
- CABEZA Y HOMBROS. Los hombros tienen que estar relajados y alineados, la cabeza hacia atrás y la barbilla hacia adentro.
- ESPALDA. Recta y pegada al respaldo del asiento. Se deberá usar una sila ajustable en altura con soporte lumbar.
- CODOS. Pegados al cuerpo y en ángulo recto. Nivelar la mesa a la altura de los codos.
- RODILLAS. Al mismo nivel que las caderas y a 90º.
- RATÓN Y TECLADO. Situar el teclado y el ratón al mismo nivel de los codos para mantener relajadas las muñecas.
- PIES. Tienen que estar apoyados en un reposapiés o bien en el suelo con holgura entre el borde del asiento y las rodillas. Procurar moverlos con regularidad.

Consejos para mantener una buena postura cuando levantamos un peso:
- PIES. Los pies se deben separar y colocar uno más adelantado para conseguir una postura estable y equilibrada para el levantamiento.
- PIERNAS. Doblar las piernas manteniendo en todo momento la espalda recta, sin flexionar demasiado las rodillas. Realizar la presión en los músculos de las piernas.
- CARGA. Mantener la carga siempre pegada al cuerpo.
- Procurar no girar el tronco ni adoptar posturas forzadas. Si el peso es considerable, procurar hacerlo entre dos personas o con ayudas mecánicas.

Puedes descargar aquí la infografía sobre ergonomía en el trabajo para evitar dolores de espalda.
Convivir con el dolor de espalda
Muchas personas sufren episodios puntuales de dolor lumbar, pero muchas otras personas acaban conviviendo con lo que llamamos lumbalgia crónica o lumbalgia recidivante.
Hablamos de lumbalgia crónica cuando un dolor de espalda nos dura más de doce semanas y de lumbalgia recidivante cuando aparecen episodios de lumbalgia con bastante frecuencia.
En ambos casos, lo que suele estar detrás de estos episodios son problemas degenerativos y artrósicos. Lo más habitual es, por tanto, que la columna sufra cada vez más a medida que va envejeciendo.
Los profesionales médicos se apoyarán, en todo caso, en la historia clínica del paciente, así como en pruebas de imagen (resonancia magnética, radiografías…) y en exploraciones para elegir el tratamiento adecuado en cada caso.
Lo cierto es que el tratamiento del dolor de espalda suele ser bastante conservador y tiene por principal objetivo eliminar el dolor, o aliviarlo en lo posible.
Por suerte, las personas disponemos de multitud de diferentes técnicas para mejorar el dolor de espalda, como, por ejemplo:
- fisioterapia,
- osteopatía,
- acupuntura,
- quiropraxia,
- yoga,
- pilates,
- infiltraciones,
- analgésicos,
- antinflamatorios
- escuela de espalda
- etc.
La Escuela de Espalda es un método que trabaja la higiene postural y ayudar a desarrollar habilidades para cuidar la espalda en el día a día. ¿Cómo? Es un método que puede adaptarse a personas de todas las edades y condiciones físicas y del que puedes informarte en los centros IMQ con servicio de fisioterapia y rehabilitación.
Sólo se recurrirá a la cirugía para tratar el dolor lumbar en casos muy extremos, cuando el dolor sea insoportable y no responda a ninguna técnica conservadora y se presenten alteraciones estructurales.
Lo que sí parece claro, una vez más, es que mantener un estilo de vida saludable es la mejor prevención para evitar dolores de espalda (y muchos otros problemas). Dieta sana, ejercicio físico moderado, evitar el sedentarismo etc. son buenos hábitos que nos pueden ayudar a romper la tendencia al alza de presencia del dolor de espalda en la sociedad.
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