Prevención de infecciones respiratorias en el trabajo
Escrito por Enrique Astaburuaga
Director médico de IMQ Prevención
Las infecciones respiratorias tienden a prosperar durante el invierno. El frío lleva a que las personas pasen más tiempo en interiores, lo que facilita los contagios. A la hora de proteger un centro de trabajo, conviene tener claras ciertas recomendaciones. Gracias a ellas, se evitará que el absentismo se haga con la empresa.
Recomendaciones para prevenir infecciones respiratorias
La pandemia del año 2020 demostró la importancia de prevenir las infecciones respiratorias. Si no existe un debido control, la propagación de la enfermedad se acelera. Pero no hay que caer en exageraciones ni en el dramatismo, pues existen varias medidas muy sencillas de implementar.
Higiene de manos
Es una de las medidas más eficaces y sencillas para prevenir la propagación de infecciones respiratorias en los centros de trabajo. Aunque muchos virus se transmiten por vía aérea, una gran parte de los contagios se produce por contacto indirecto, al tocar superficies contaminadas y llevar posteriormente las manos a la cara, especialmente a nariz, boca u ojos.
De hecho, en el entorno laboral, las manos están en contacto constante con teclados, teléfonos, pomos, herramientas, documentos, maquinaria o equipos compartidos, todos ellos puntos críticos donde pueden acumularse microorganismos.
El lavado frecuente con agua y jabón durante al menos 40 segundos permite eliminar la mayoría de los virus y bacterias presentes en la piel. Cuando no es posible el acceso inmediato al agua, el uso de soluciones hidroalcohólicas con el porcentaje adecuado de alcohol actúa como una alternativa eficaz. Basta con implementar una rutina para las personas trabajadoras y disponer de puntos de higiene con dispensadores bien ubicados para lograr resultados contundentes.
Ventilación de las zonas de trabajo
La renovación constante del aire, ya sea mediante ventilación natural, sistemas mecánicos o climatización con aporte exterior, ayuda a mantener una atmósfera más saludable. Es muy importante en salas de reuniones, oficinas compartidas, vestuarios, zonas de descanso y espacios donde se concentran varias personas durante periodos prolongados.
Una ventilación correcta no solo implica abrir ventanas de forma ocasional. Debe existir una planificación que garantice un caudal suficiente de aire limpio y un mantenimiento adecuado de los sistemas de ventilación y de los filtros. Los equipos mal mantenidos pueden convertirse en focos de acumulación de contaminantes y patógenos si no se revisan con la frecuencia adecuada.
Política de quedarse en casa
Acudir al trabajo con síntomas como tos, fiebre, malestar general o congestión supone un riesgo directo para compañeros, clientes y para la continuidad del propio negocio. Ante esto, conviene que las personas trabajadoras afectadas por una infección puedan quedarse en su hogar.
La medida requiere de un compromiso conjunto entre empresa y trabajador. Por un lado, la organización debe contar con protocolos claros que indiquen cuándo es recomendable no acudir al puesto y facilitar canales de comunicación ágiles para notificar la situación. Por otro, los trabajadores y trabajadoras deben asumir su responsabilidad individual.
Tienen que comprender que quedarse en casa no es un acto de falta de compromiso, sino una acción preventiva que protege al conjunto de la plantilla.
Campañas internas de vacunación
Cuando una parte importante de la plantilla está vacunada, se genera un efecto de protección global que disminuye la transmisión, protege a las personas trabajadoras más vulnerables y reduce el impacto de las infecciones en el entorno laboral. Esto se traduce en menos bajas médicas, menor absentismo y una mayor estabilidad en la actividad productiva.
Para que las campañas sean efectivas, es fundamental una correcta planificación y comunicación interna. Informar de manera clara sobre los beneficios de la vacunación, resolver dudas y facilitar la participación dentro del propio centro de trabajo aumenta la adhesión. La colaboración con servicios de prevención, mutuas o entidades sanitarias facilita que el proceso se realice con todas las garantías de seguridad y control sanitario.
Uso de mascarillas
Las mascarillas actúan como una barrera física que limita la emisión de partículas respiratorias infecciosas al hablar, toser o estornudar y también reduce la inhalación de estas por parte de otras personas. Se recomienda usarlas en habitaciones que sean difíciles de ventilar, pero que se usen con una alta frecuencia.
Eso sí, es indispensable que las mascarillas se usen de la forma apropiada. Al fin y al cabo, su eficacia aumenta al utilizarlas cuando es debido y de manera continua. Es decir, deben cubrir la nariz y la boca, al tiempo que se evitan manipulaciones innecesarias mientras se lleve puesta. Además, se integrarán dentro de una estrategia preventiva integral con el resto de medidas. Así, se conseguirá evitar que una infección se expanda por toda la empresa.
Como se ha podido ver, es posible frenar la expansión de las infecciones respiratorias. Existen un conjunto de medidas, como lavarse las manos o ventilar, que son muy eficaces. Sin embargo, no deben implementarse por separado, sino como una estrategia total que se integrará dentro de la cultura de prevención de riesgos laborales de la empresa.
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